Que bonita estás a contraluz, como foto desgastada.
Escalofríos de claridad acechan tus pezones,
un relámpago se refleja en tus mejillas, y huyes en la oscuridad.
Hoy te cambiaste el peinado, y las ondas de cabello te cubren los pómulos.
Linda y enmascarada te acercas, a la distancia de un aliento, me soplas con fuerza.
Cierro los ojos, y de repente estas de rodillas, junto a mi,
mesandote los rizos contra mis piernas.
Me miras con la mirada de gato de cuero, con tus orejitas paradas y alerta.
Te haré maullar mientras luchas con tu mordaza, mi dulce esclava.
Se que no quieres mas de mi que mi dominio, y el dulce dolor.
Sabes que daré mil vueltas hasta cachetear tu trasero con la mano abierta,
y que te asalten grititos de rabia de no verte las marcas,
como a ti te gusta, como tu me enseñaste.
Te colocas los mitones y desaparecen tus manos, te entregas hoy un poco mas.
Te mereces un castigo por adelantarte al placer,
como te gusta que a horcajadas te coloque en la red,
te suspendes, y sudas mientras te lameteo los pechos.
No puedes morderme mientras te balanceas, y te empujo con mi cintura.
Golpeo tu coño con la fusta que me regalaste, y te relames en risas,
Va a ser una tarde muy larga, y veo el tiempo restante en tus pupilas.
Te quieres voltear sin ayuda, y te rozas con las caderas en la malla dura.
Ruges ahora, y me disparas esa mirada de desafío emputado.
Ya lo se, quieres quitarte la mordaza, y yo hoy no te voy a complacer.
Combates con los mitones, y no puedes asir la verticalidad.
Eso es lo que querías, sentir mis garras en tu cuello,
la sofocación te excita y haces gárgaras con tus quejidos,
me pides a borbotones ahogados que te lo coma ya,
te agitas en la red, te impulsas sin apoyo, y me pides que te de sin parar,
que te marque con mi amor, como siempre, con marcas silenciosas.
Marcas de mirada perversa y sombría, de abandono y desafío, nuestras señales.
Y te poseo con sorpresa, en un vaivén de descuido, y te despojas de la mordaza,
Me insultas, me provocas, me maldices, me retas, me suplicas.
No se que me dices, articulas sin ritmo, palabras en cadena, sin pausa.
La estancia está girando, y me desvanezco, sigo castigandote con mis acometidas.
Todo se hace vertiginoso, acelero mi respiración, me meto en ti como cuchillada.
La tormenta tropical se encabrita y busca el resquicio de un ventanal.
los vidrios de la ventana, y los jarrones de Ikea de la consola se van a la mierda.
No me acuerdo de la palabra de seguridad, o me la recuerdas... o esto va a terminar sin orden.
Llueve como si Noe hiciera horas extras
Publicado por Beyondparadox el 29.9.10
0 comentarios:
Publicar un comentario