Si H fuera la culpable

El Dr. Martin Roncar Minardi ha desaparecido.
Esta mañana no bajo a desayunar como siempre a la 7:15 am
En su recamara no se encontró ni rastro de abandono apresurado, ni de su posible paradero.
Yasmina el ama de llaves, mostraba su ansiedad ofreciendo café a diestro y siniestro
Las primeras autoridades del pueblo hicieron acto de presencia sobre las 6 de la tarde.
El brigada Arnulfo Merino tomó el mando de las pesquisas con firmeza,
Era conocida la amistad que le unía al galeno desde la época de la llegada de la guerrilla al nevado
Dicen que ambos compartieron el amor de una misma guerrillera, y como caballeros al fin, jamás hicieron comentario alguno tal inusual situación.
La mujer más bonita que jamás pisó Santa Marta, Helena con H, me contó alguien, para regocijo de futuras fábulas.
Las curvas mas deseadas y pronunciadas de la comarca, comentaban por ahí; Una mujer de boca de fuego, de piel canela y ojos grandes, llena de palabras heridas e incendiarias que levantaba adeptos hasta en los mas reacios a la lucha armada. Las razones de su empeño, ya nadie recuerda, ni la facción, ni bando que abrazaba.
Unos dirían que era costeña, otros que caleña, y ya nadie objeta.
Se recuerda, eso si, que fue fiel a ambos amores con respeto, dedicación y entrega, como mandan los cánones del buen amante, no desatender los quehaceres, ni los deberes amatorios.
Esta desaparición animó los cafés al caer la tarde, muchos decían que H tenía algo que ver, que juró volver por él, aunque fuera a la fuerza.
Y los días pasaron, y el doctor Roncar pasó a ser un murmullo mas en las partidas de cartas.
Su caballo huyó una semana después, imagino que en busca de su jinete.
Al Brigada solo se le oye decir de vez en cuando...seguro que el buen doctor está bien...ya aparecerá...
mientras se queda mirando hacia el nevado y apura el aguardiente.

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