Luis murió hace tantos años que me sorprende hoy su recuerdo. Todo el mundo le llamaba Jorge, aunque este era su apellido, pero el era generoso hasta con los que desconocían su nombre.
En una cuneta de Andalucía se desvaneció esa encantadora personalidad arrebatadora, el amigo de todos, hasta de los que eramos marginados en clase, el estudiante y atleta brillante que no muestra el esfuerzo y la persona risueña de la que todas las madres hubieran querido decir: ese es mi hijo.Se que estas muerto, ni estas, ni vas a volver, tal vez la bondad, virtud tan escasa siempre, es la que mas recuerde de ti, ademas de la sonrisa mas franca y honesta que uno pudiera imaginar.
Sin hacer milagros, seguro que en otro tiempo te hubieran llamado Maestro mi querido amigo.
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