Alberto tiene una corbata amarilla

Con 40 grados de calima golpeándome en la nuca, procuraba parecer animado y dinámico, a juego con la corbata amarilla con lágrimas de agua, 
esa que me gustaba pasear ante las adversidades.
Mi pequeña ofrenda a la superstición del… si no te gusta que te den.

Otro proyecto pendiente de cobrar, 7000 kilómetros después y 6 meses de locura, ir, venir, que tal si, deberíamos, si pero, sonrisa, como está tu familia, que linda esa falda que llevas, tus muertos, joder no aguanto mas y demás.

En el parabrisas del coche un papel bien doblado, tan bien, como solo lo saben hacer los municipales. No por favor, otra multa no, me caguen en su…

Querido Alberto:

Soy yo de nuevo, te he dicho tantas veces que te quiero 
que no podría darte un número para impresionarte.

Cuando te dejé el beso sobre el cristal del espejo del baño 
y te dibujé a trazos rojos y gruesos un adiós, 
para que te doliera (es un clásico lo sé), 
no pensé que te echaría tanto de menos. 
Te confieso que todavía me estremezco del miedo que tuve, 
de perderte, de no volver a reír por nada, 
de esas caricias tan eternas, 
de tus miradas distantes que me perforaban las bragas, 
de cerrar tras de mi la única felicidad que me turbaba y me confortaba.

Y al cabo del tiempo aprecié aún más tus silencios 
y la entonación de tus versos en medio de la noche, 
a la luz de diminutas luciérnagas.

Los paseos por la playa escuchando melodías de mareas oceánicas lejanas 
y caracolas perdidas entre el oleaje. 
Así te recuerdo, tal vez cursi y romántica, 
tonta y boba, lo sé. Yo siempre he sido así.

Aunque te dará igual, ya no estoy con él, fue bonito,
y como tú dices “nada es para siempre” 
pero como odio las sentencias joder.

Como me gustaría volver a vivirte, 
aunque fuera un ratito, 
esos abrazos que nos vaciaban los pulmones 
y nos llenaban de brillo la oscuridad con los parpados cerrados, 
esos si que me hacen falta.

Yo estoy bien, vivo cerca de aquí y te veo de vez en cuando, 
no te persigo, no temas, 
ya se que no me tienes en la lista de tus preferidas.

Que bonita es la rusa rubia que te acompaña de vez en cuando, 
la piel tan perlada, con el lunar en el pómulo y los ojos de mar, 
seguro que la habrás hechizado con tu encanto, 
eres especial, tengo que decirte que la veo un poco flaca para ti, 
pero hacéis buena pareja.

Me gustaría verte y sentirme a tu lado, 
pretender por un instante que acabo de volver de viaje 
y tu me esperas con la sonrisa de la felicidad plena del instante.

Tal vez en otro momento, otro día, no se…me llames, 
sin mirar hacia atrás y me cuentes en que anda metida tu vida, 
y si todavía suspiras tan profundamente al caer la tarde.  
Como te amaba en ese momento.

Te mando el más cariñoso de los besos.

Ya sabes donde encontrarme.

Marisa

Será zorrón, un besito en el cristal, ciao, ahí te quedas cornudo, 
que ya si eso ya nos veremos, espero que no.

Te recuerdo, el sonido del mar, las caracolas, que puta!

Que tu voz, tus caricias, tus versos, se me mojan las bragas…que te den!

Y encima criticando a las rusas altas y bonitas, tendrá morro…

Ahora, eso sí, ese Alberto es un crack. Quien quiera que sea.

Seguro que también tiene una corbata amarilla.